De acuerdo con las cifras de la Federación Nacional de Cafeteros, la producción ascendió a 8,9 millones de sacos, cercana a la meta de 9 millones fijada hace 12 meses.
Los cultivadores de café en Colombia tuvieron un buen balance en el 2010, por cuenta de la mayor producción del grano y del aumento en el precio interno. Según el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, el valor girado por la cosecha ascendió a 4,3 billones de pesos el año pasado, 30 por ciento más que en el 2009.
De acuerdo con las cifras del gremio, la producción ascendió a 8,9 millones de sacos, cercana a la meta de 9 millones fijada hace 12 meses. Ese volumen equivale a un incremento del 14 por ciento frente a lo registrado hace par de años atrás, cuando factores como el invierno y las plagas ocasionaron una caída inesperada en lo recolectado que alcanzó apenas los 7,8 millones de sacos.
Dicho lo anterior, esa cifra está lejos de los 11,5 millones de sacos correspondientes al 2008 y se encuentra muy por debajo del promedio histórico reciente.
Por el lado del precio interno, el panorama fue también mejor. El alza en las cotizaciones internacionales que ha llevado la libra del grano a niveles de 2,5 dólares la libra ha incidido en que la carga se pague hoy a 983.750 pesos en Pereira, 36 por ciento más que en febrero del 2010.
A su vez, las exportaciones se recuperaron, pues entre enero y noviembre pasados sumaron 1.598 millones de dólares, 15 por ciento más que en igual periodo del año precedente. Esa tendencia parece haberse mantenido en enero, cuando las ventas del grano habrían llegado a unos 800.000 sacos, según datos preliminares.
SOBRE EL 2011
Ahora la pregunta que se hacen los cultivadores del grano es si esa tendencia favorable será sostenible en el presente año. Al respecto, Muñoz sostiene que todavía es demasiado temprano para dar un estimativo sobre el tamaño de la cosecha, debido a la incertidumbre asociada al clima.
“Los reportes sobre la floración en las matas son buenos, pero necesitamos que el tiempo relativamente seco que hemos visto se mantenga en febrero, con el fin de hacer un cálculo más preciso”, expresó. Por ahora, el escenario base que usa la Federación es que la producción se mantenga estable, en alrededor de nueve millones de sacos.
En lo que el ejecutivo es francamente optimista es en el escenario de largo plazo. Muñoz sostiene que para mediados de la década actual el país debería estar llegando a los 14 millones de sacos anuales, con el área sembrada actual. Pero si se logra la meta de aumentar los cultivos de café en 200.000 hectáreas adicionales, esa proyección se elevaría en 4 millones de sacos por año.
Semejante pronóstico está basado en la evolución reciente de la actividad. De un lado, el área ha crecido en cerca de 100.000 hectáreas a lo largo de los pasados diez años y asciende a 914.000 en todo el país. Del otro, hay un intenso esfuerzo de renovación que en el 2010 llegó a 82.000 hectáreas.
Según la Federación, el cambio de variedades como Colombia o Caturra por otras como Castillo permite obtener rendimientos hasta cinco veces mayores por hectárea. Si bien el costo para el caficultor es alto, pues oscila entre 6 y 7 millones de pesos por hectárea, sin contar el lucro cesante durante un par de años, la recompensa es de tal magnitud que la entidad tiene en marcha programas para financiar buena parte del esfuerzo. Para 2011, el objetivo es superar las 100.000 hectáreas.
Por otra parte, la entidad confirma que existe una profunda transformación en la base productiva del grano. Si hasta hace unos años las cosechas más grandes se registraban en Antioquia y el antiguo Caldas, hoy en día el triángulo conformado por Huila, Cauca y Nariño es el de mayor crecimiento. De hecho, el municipio de mayor producción en Colombia es Pitalito (Huila). Ese desplazamiento ha coincidido con un alza en el número de caficultores. De acuerdo con el censo cafetero más reciente, el total de familias cultivadoras es de 554.000 en el país, 27.000 más que en la medición previa.
El estudio también comprobó que la estructura de producción está concentrada en minifundios. De tal manera, existen apenas 108 predios cafeteros de más de 100 hectáreas en Colombia y solamente 508 de más de 50 hectáreas. “El cultivo del grano sigue siendo la principal fuente de sustento en el agro colombiano, el más igualitario y el que más contribuye con el progreso de las familias campesinas”, señaló Muñoz.
Quieren una mayor tajada
El gerente de la Federación rechazó los cuestionamientos que le ha hecho al esquema imperante en Colombia la Asociación de Exportadores de Café, presidida por el exministro Jorge Humberto Botero. “Para decirlo con claridad, ellos se quieren quedar con una mayor tajada del negocio, por cuenta del caficultor”, indicó. En su opinión, mientras en América Central un cultivador recibe por su café el equivalente del 75 por ciento del precio internacional y en Haití esa proporción baja a 52 por ciento, en Colombia es la más alta del mundo: 92 por ciento. “Si hacemos la comparación con Centroamérica, estaríamos hablando de un ingreso inferior en 700.000 millones de pesos anuales para los productores. ¿Quién quiere quedarse con ese pedazo? Los exportadores, en los que priman las multinacionales”, dijo el dirigente gremial.
‘En cafés especiales hay espacio para crecer’
Bajo esa óptica, los tiempos que se avecinan son particularmente prósperos. Muñoz insiste en que a pesar de los trastornos climáticos la producción subirá de manera radical en los próximos años, mejorando los ingresos de los cafeteros y apoyando a la economía nacional.
Ante la duda por los altibajos del mercado internacional, el gerente de la Federación afirma que el mercado mundial viene aumentando de manera consistente al ritmo de 2 por ciento al año “lo cual se traduce en el equivalente de toda la producción nacional cada cuatrienio”. Además, dice que en la categoría de suaves hay una amplia demanda, con lo que hay espacio de sobra para ganar participación.
Esa impresión es confirmada por la evolución del mercado que ha registrado los problemas de Brasil para mantener su ritmo de producción, la caída en la cosecha costarricense ante el aumento en los costos o los efectos sobre el abastecimiento que tienen las turbulencias políticas en Costa de Marfil, uno de los cultivadores del grano más grandes de África.
Todo lo anterior lleva a que Muñoz suene particularmente optimista. “Hay un buen panorama en los fundamentales para que Colombia avance mucho más en café”, indicó el dirigente.
F eltiempo.com
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