Tras un año de elecciones y al intenso invierno, la economía del país tuvo un comportamiento mejor que el presupuestado a principios del 2010, aunque muy por debajo del promedio de la región.
Si bien la tasa de desempleo continúa en el terreno de los dos dígitos, las exportaciones cayeron como consecuencia, entre otros, de la revaluación del peso, y la agricultura no jalonó en el segundo semestre debido al crudo invierno, se puede concluir que el balance no es tan negativo si se tiene en cuenta el inminente auge del sector minero y energético, el crecimiento de la producción industrial y el constante buen comportamiento de la inversión extranjera directa.
Aunque la economía colombiana tuvo un comportamiento mejor de lo estimado a lo largo del año –el 3,6 por ciento registrado en el tercer trimestre, comparado con un promedio de 4,4 en los dos trimestres anteriores–, es de prever que la prolongada ola invernal que azota al país no permitirá un crecimiento mayor al 4 por ciento en el último trimestre, lo cual daría como resultado un promedio del 4 por ciento de crecimiento de la economía en el 2010, cifra muy por debajo de la meta de 4,5 por ciento del promedio de América Latina para este año, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
No obstante las anteriores consideraciones, no es tan fácil generalizar para medir el comportamiento de la economía del país durante estos 12 meses, pues dichos resultados varían, según la porción de la industria que se analice.
Por ejemplo, el sector financiero tuvo uno de sus mejores periodos de la historia, pese a que el 2010 fue el año de una recuperación lenta de la economía mundial, de cuyo coletazo Colombia no escapó. De hecho, el sistema financiero colombiano registró utilidades superiores a los 21,42 billones de pesos a noviembre de este año.
Por otro lado, uno de los grandes protagonistas del Producto Interno Bruto del año fue el minero y energético, que se perfila como uno de los grandes pilares de la economía nacional para el 2011 y para los años por venir, escenario en el cual la Regla Fiscal, que buscará el ahorro de los recursos provenientes de este sector, jugará un papel preponderante.
Contrario a lo que sucedió el año pasado, el sector de la vivienda fue la gran decepción en este 2010, pues se contrajo un 10,5 por ciento en el tercer trimestre, según el Dane, debido a una caída en la construcción de edificaciones no residenciales del 14 por ciento, a la que se suma un descenso del 15,2 por ciento en las obras civiles. El aspecto positivo de este sector sigue siendo la Vivienda de Interés Social (VIS), que tuvo ligeros avances.
La agricultura, por su parte, pasa por uno de sus peores momentos por cuenta del crudo invierno, a tal punto que el jefe de esa cartera, Juan Camilo Restrepo, anunció recientemente que el Gobierno podría importar alimentos para el consumo interno, lo cual encendió las alarmas, sobre todo entre los arroceros, de quienes se especula que tienen en su poder un generoso inventario del grano para controlar el precio en el mercado.
Así, el Gobierno importaría arroz como una forma de evitar que se disparen los precios del grano para el consumo interno, en caso de que algunos productores estén pensando en acaparar su producción para venderla más adelante.
Uno de los elementos clave para el próximo año, a partir de las dificultades generadas durante este semestre, el primero del presidente Juan Manuel Santos en el poder, es el asociado al déficit fiscal, cuya reducción es una de las metas trazadas desde la campaña presidencial del actual gobierno, pero que se verá comprometida por el hueco fiscal que está abriendo la reconstrucción de varias zonas del país afectadas por el invierno.
A lo anterior se suma una presión adicional, y es la promesa de Santos de no subir los impuestos, lo que probablemente desencadenará en un aumento del número de productos gravados o de las personas que tributan, lo cual es, a su vez, una forma indirecta de recaudar más dinero por concepto de impuestos.
Finalmente, si el presidente Santos logra capotear este temporal, el 2011 sería un gran año para la economía colombiana, pero queda claro que no necesariamente “se garantiza el crecimiento económico mediante la inversión extranjera”, como decía un asesor presidencial, sino que otros factores también relevantes llegarían a ser jalonadores eficaces de la denominada ‘locomotora’ de crecimiento.
Juan Manuel Ramírez Montero y Mauricio Romero
Redacción Portafolio.com.co
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