Por Peter Griffiths
WINDSOR Inglaterra (Reuters) - Después de casi 100 días en el poder, el primer ministro británico, David Cameron, está luchando por vender su visión de un Estado más pequeño a los votantes de cara a los recortes de gastos más severos en décadas.
Cameron, quien conformó el primer Gobierno de coalición en Gran Bretaña desde 1945 tras unas elecciones no concluyentes en mayo, quiere reducir el tamaño del Gobierno, transferir más responsabilidad a comunidades locales y expandir el papel del sector voluntario.
Refiriéndose a la "Gran Sociedad", el líder conservador dice que se trata de su "gran pasión", un nuevo tipo de política que según dice equivaldrá a la mayor redistribución de poder en tiempos modernos.
Las ideas propuestas incluyen transferir a grupos voluntarios la rehabilitación de delincuentes que dejan la prisión, la administración de clubes juveniles comunitarios o algunas bibliotecas o museos.
Cameron dice que "el otorgamiento de poderes a las comunidades" va más allá de hacer que las entidades de caridad hagan el trabajo del Estado, y les dará a los ciudadanos un mayor poder de decisión en la administración del correo local o la aprobación de planes edilicios.
Sin embargo, la apatía pública, la oposición de los sindicatos, las presiones de la coalición y la escasez de fondos podrían, según analistas, echar sus planes por tierra. El ministro de Finanzas, George Osborne, anunciará los detalles de las inéditas medidas de ajuste el 20 de octubre.
"Para hacer estas cosas sí hace falta dinero. Los exhortos no alcanzan. Cameron está tratando de salirse con la suya sólo con el elemento exhortativo", dijo el profesor Steven Fielding, director del Centro de Política Británica de la Universidad de Nottingham.
La ex primera ministra conservadora Margaret Thatcher, el último líder británico en reducir las fronteras del Estado, habría adoptado una línea más dura, cerrando servicios y permitiendo el ingreso al sector privado, según Fielding.
"La Gran Sociedad es la retórica con la que (Cameron) está tratando de persuadir a las personas de que no es Thatcher", dijo Fielding.
No obstante, el concepto no logró capturar la imaginación de la gente durante la campaña electoral. Encuestas realizadas por Ipsos MORI para Reuters sugieren que casi la mitad de los votantes todavía no ha escuchado hablar de ella.
"DESINTOXICAR"
Los opositores rechazan la idea como una treta diseñada para ocultar la tradicional agenda de recortes propia de la derecha, "desintoxicar" la imagen de los Conservadores de centro-derecha y ayudarlos a permanecer en el poder.
Dave Prentis, director de Unison, el mayor sindicato de servicios públicos de Gran Bretaña, dijo que los planes están enteramente pensados para ahorrar dinero en un país donde el Estado emplea a un quinto de su mano de obra.
"El Gobierno sólo se está lavando las manos de proveer servicios públicos decentes y usando a los voluntarios como alternativas a los recortes", indicó.
Thatcher enfureció a muchos cuando en 1987 dijo que "no existe tal cosa como la sociedad", una afirmación interpretada como cruel, aunque posteriormente sostuvo que no se había comprendido su mensaje de responsabilidad individual.
El viceprimer ministro británico, el liberal demócrata Nick Clegg, dijo durante las elecciones que la Gran Sociedad ofrecía un "falso cambio". Desde entonces ha adoptado la idea según valores liberales.
Bajo dichos planes, los votantes podrían obtener un mayor poder de decisión en el gasto local, crear sus propias escuelas, generar su propia energía hidroeléctrica o control de influencias.
Cameron dice que la falta de fondos públicos es exactamente el motivo por el cual el Estado debería contar con entidades de caridad, voluntarios y comunidades locales, en lugar de "micro-administrar" comunidades con interminables programas.
"Tenemos el mayor déficit presupuestario en el G-20. Es hora de algo diferente (...) algo que no sólo vuelque dinero en poco económicos esquemas gubernamentales verticalistas", dijo Cameron en un discurso sobre la Gran Sociedad en julio.
"MUY, MUY EXTREMO"
Este ex ejecutivo de relaciones públicas, quien con 43 años es el primer ministro más joven desde 1812, invocó el discurso inaugural de John F. Kennedy en el que dijo "No te preguntes qué puede hacer tu país por ti".
Reducir el control del Estado debería vigorizar ciudades y pueblos, atender problemas sociales y alentar a la gente a tomar responsabilidad en lugar de confiar en depender del Gobierno.
Los comentaristas han comparado la Gran Sociedad con la "sociedad de la propiedad" del ex presidente estadounidense George W. Bush y a la transferencia de Francia de algunos poderes al nivel local en la década de 1980.
Ralph Michell, portavoz de la Asociación de Directores Ejecutivos de Organizaciones Voluntarias que cuenta con 2.000 miembros, se refirió a esta política como "muy, muy radical", pero dice que será difícil hacer más cuando sus fondos están en peligro.
"Debemos ser realistas con la tarea que tenemos en nuestras manos", explicó.
Los organismos de voluntarios pueden ser más baratos y flexibles que los del Estado en áreas tales como salud pública, pero hay interrogantes sobre su financiación y la forma en que el Estado monitoreará su desempeño.
Llamarlo "cortina de humo" es injusto, según Wyn Grant, profesor de política de la Universidad de Warwick.
"Pienso que Cameron genuinamente cree en ella. El no quería que el Estado siguiera creciendo. Debe darles a estas organizaciones algo de dinero y eso es muy difícil", dijo Grant.
Ian Trenholm, director ejecutivo del Royal Borough of Windsor and Maidenhead, una de las cuatro autoridades involucradas en la prueba de la "Gran Sociedad", dijo que una vez que la política se asiente, podría descartarse su marca.
Un sondeo de opinión entre compradores en Windsor, una ciudad al oeste de Londres famosa por su castillo real, mostró apoyo entre aquellos que habían escuchado sobre la Gran Sociedad, aunque muchos todavía no lo hubiesen hecho público.
"¿Se trata acaso de un reality de televisión?", preguntó el estudiante Mark Webster, de 19 años, en camino a la universidad cerca de la casa de fin de semana de la Reina Elizabeth.
(Editado en español por Marion Giraldo)
F reuters.com
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