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Los ministros de Exteriores de los 27 dieron el martes vía libre a la Comisión Europea para que empiece las gestiones respectivas.
Islandia había pedido el ingreso al bloque hace un año tras la caída de sus bancos -que tuvo que nacionalizar- y la debacle económica que sufre el país.
El gobierno islandés, que no alcanza ni un año en el poder, pensó que con el euro viviría mejor que con su corona, por lo que se decidió a llamar a las puertas de Bruselas. El problema es que los ciudadanos islandeses no parecen igual de convencidos.
En una declaración que es toda una novedad en estos procesos, los 27 recordaron ayer al gobierno islandés que debe luchar contra la hostilidad de su población y dejó entender que hay varios capítulos de las negociaciones que podrían complicarse, entre ellos la pesca -fundamental para la economía islandesa- y las deudas que Islandia mantiene con Holanda y el Reino Unido por los ahorros que ciudadanos de esos dos países perdieron con la caída del "Icesave", un banco islandés que operaba por internet captando clientes en Europa.
El comisario europeo de ampliación, Stefan Füle, dijo el sábado que está "preocupado por la falta actual de apoyo público en Islandia a ser miembros de la UE". Füle añadió que "esto muestra que es necesario tener una información más objetiva sobre la Unión Europea, tarea que incumbe al gobierno islandés". Más gráfico fue el ministro francés de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, quien dijo que "hay que tener ganas de entrar en Europa".
Ya aplica más de tres cuartas partes de la legislación europea
En principio, las negociaciones con Islandia no deberían ser muy problemáticas por el país nórdico ya aplica más de tres cuartas partes de la legislación europea en sus leyes, pero sin apoyo ciudadano todo se complica.
Los últimos sondeos dan una mayoría de dos tercios a los contrarios de la adhesión y, tras la negociación -que podría durar un par de años- es la población islandesa quien tendrá la última palabra en un referéndum. Islandia podría repetir el papelón de Noruega, que negoció dos veces su adhesión -en 1972 y 1994- y su población tumbó las dos veces el ingreso.
Los dos grandes obstáculos son la pesca y la deuda. En cuanto al sector pesquero, Islandia no quiere compartir con sus futuros socios sus caladeros de pesca y pretende seguir pescando ballenas -algo que la UE prohíbe a sus miembros. El ministro islandés de Exteriores, Ossur Skarphedinsson, dijo en Bruselas que "la economía islandesa depende en gran medida de la pesca", para añadir que espera que la UE les deje seguir pescando ballenas "porque es parte de nuestras tradiciones".
El dossier de la deuda podría ser incluso peor. Tras caer el Icesave, miles de holandeses y británicos perdieron sus ahorros, que sus gobiernos respectivos les reembolsaron. Esos dos gobiernos exigen a Islandia la devolución de esa deuda y podrían bloquear las negociaciones cuando quisieran, porque para entrar en la UE se necesita el apoyo unánime de los 27.
Skarphedinsson dijo que, si eso ocurriera, "lo deploraría, porque iría contra las normas al ser una cuestión bilateral" que no incumbe a la UE. Pero británicos y holandeses dicen que no es así, porque sin arreglar ese contencioso Islandia no estaría respetando la reglamentación financiera europea.
Si Islandia finalmente adhiriera a la UE, sería el socio 29. A los 27 actuales se sumará Croacia el próximo 1 de enero o como muy tarde el 1 de enero de 2012. El gobierno islandés lo tiene mucho más fácil que los países -balcánicos y Turquía principalmente- que llaman a la puerta de Bruselas. Islandia es pequeña, es miembro del espacio Schengen de libre circulación de personas y participa desde hace 15 años en el Espacio Económico Europeo. PARA EL TIEMPOIDAFE MARTÍN PÉREZBRUSELAS
F eltiempo.com/mundo/europa/islandia-llegaria-a-la-union-europea-_7835330-1
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